El Evangelio de hoy nos muestra el amor del Padre hacia nosotros, por el que envió a su Hijo, Jesucristo, para salvarnos por medio de él. El amor de Dios se ve en ese amor que tiene al mundo, y sobre todo a su Hijo. En los evangelios se nos muestra esa unidad en la que viven, expresión de amor, a la que se nos invita a entrar. Se entra por medio de Jesucristo, porque somos hijos en el Hijo, y por lo tanto, participamos de la Santísima Trinidad, por medio de Jesús crucificado y abandonado. Esto nos invita a amar recíprocamente como el Padre y el Hijo se aman en el Espíritu, es decir, así como Dios nos ama tenemos que amar nosotros, imitando la vida de la Santísima Trinidad. Tanto nos ama Dios que su deseo es que amemos como Él ama, adentrándonos en la misma relación en la que viven. Tengamos ese deseo de amar como el Padre, viviendo en esa comunión que es fundirse en el otro.
Hna. Rocio, Cuenca
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