En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Ant. El Señor la rodeó cuidando de ella y la instruyó; extendió como un águila sus alas, la tomó y la llevó sobre sus plumas. Solo el Señor fue su guía.
V/. Si no volvéis a ser como niños.
R/. No entraréis en el Reino de los cielos.
Últimas conversaciones
25.9.1 Le conté lo que habían dicho en la recreación a propósito del Sr. Youf, que tenía mucho miedo a la muerte. Las hermanas habían estado hablando de la responsabilidad de los que tienen cura de almas y han vivido mucho tiempo.
- Los pequeños serán juzgados con gran benignidad. Y se puede muy bien ser pequeño hasta en los cargos más temibles, aun viviendo muchos años. Si yo muriese a los 80 años, si hubiese estado en China, o en cualquier otra parte, estoy segura de que moriría tan pequeña como hoy. Y está escrito que al final «el Señor se pondrá en pie para salvar a los humildes de la tierra». No dice juzgar, sino salvar.
25.9.2 Uno de estos últimos días, de terribles sufrimientos, me había dicho:
- Madre, es muy fácil escribir cosas bonitas sobre el sufrimiento. Pero escribir no significa nada, ¡nada! ¡Hay que pasar por él para saber...!
Guardaba yo de estas palabras una impresión dolorosa, cuando, ese mismo día, como si recordase lo que me había dicho, me miró de una manera muy especial, y hasta solemne, y pronunció estas palabras:
- Ahora sé que lo que he dicho y escrito es todo verdad... Es verdad que deseaba sufrir mucho por Dios, y es verdad que sigo deseándolo.
25.9.3 Le decían:
- ¡Es horroroso lo que estás sufriendo!
- No, no es horroroso. A una víctima de amor no puede parecerle horroroso lo que su Esposo le envía por amor.
Silencio para pedir la gracia que deseamos en esta novena
Oración
Señor, Dios nuestro, que has preparado tu Reino para los humildes y sencillos, concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino de Santa Teresa del Niño Jesús, nuestra hermana, para que nos sea revelado por su intercesión, el océano de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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