Vigilia de oración por las vocaciones
Preparamos:
· Una vela.
· Papel y bolígrafo.
· Una caja con los nombres de los miembros de la familia escritos en papeles.
Monición inicial
¡Jesús vive! Esta verdad anunciada y actualizada en la exhortación apostólica post-sinodal Christus vivit del papa Francisco nos invita a abrir el corazón a la esperanza, porque “Él es nuestra esperanza y todo lo que toca se hace joven, se llena de vida”. La invitación es a abrir nuestro corazón. Un corazón abierto es un corazón que ha despertado, que está inquieto, que busca, que se deja sondear, que medita y escucha, que se arriesga a ser vulnerable; en resumen: es un corazón ¡vivo!
Exposición del Santísimo
Que bien se esta aquí, en tu presencia Glorioso por siempre Señor Que bien se esta aquí, a tu lado Sintiendo tu paz y tu amor
Cuan hermoso eres Señor Tu no tienes comparación Quiero permanecer por siempre en tu amor
Que bien se esta aquí en tu presencia Glorioso por siempre Señor Que bien se esta aquí a tu lado Sintiendo tu paz y tu amor
Cuan hermoso eres Señor Tu no tienes comparación Quiero permanecer por siempre en tu amor Cuan hermoso eres Señor Tu no tienes comparacion Quiero permanecer por siempre en tu amor
Con todo, mi corazon Te adoro, Señor Con todo, mi corazón Te adoro, Señor Con todo, mi corazón Te adoro, Señor Con todo, mi corazón Te adoro, Señor
Cuan hermoso eres Señor Tu no tienes comparación Quiero permanecer por siempre en tu amor
Con todo, mi corazón Te alabo, Señor Con todo, mi corazón Te alabo, Señor
Cuan hermoso eres Señor Tu no tienes comparación Quiero permanecer por siempre en tu amor
Que bien se está aquí, en tu presencia...
1. Un rostro que atrae amorosamente
De la Primera Carta de san Juan (4, 7-9; 12-13)
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de él.
Reflexión
Abre tu corazón y recorre un momento tu vida a la luz de las palabras de san Juan. Son como un eco del mandamiento del amor. Te invitan de una manera muy cercana, cariñosa y hasta amistosa a que te decidas a amar, al tiempo que te revela y recuerda una verdad muy importante: ¡Dios es Amor! Si quieres conocer a Dios, ¡ama!; si quieres saber qué espera Dios de ti, ¡vive!, porque para esto ha enviado a Jesús, para que tengas vida, por medio de Él. Quiere transformarte en puente de su Vida hacia los demás, ¡permanece en el Amor!
Mira tu vida… Déjate atraer.
a. ¿Eres consciente del amor de Dios en tu vida? ¿En qué lo reconoces?
b. ¿Dedicas algo de tu tiempo al servicio de los demás, a la oración y a la lectura de la Palabra, para acercarte y conocer a Jesús?
Gesto
No hay amor más grande
de quien por los suyos la vida da.
No hay amor más grande,
mi vida por todos yo doy.
Abre tu corazón a aquella llamada que en estos momentos el Señor te está haciendo. Escribe en un papel tu respuesta a esta llamada. Escribe a qué te comprometes: ¿a profundizar más la Palabra de Dios en la oración? ¿a restablecer quizá una relación? Porque Jesús es amor y quiere que permanezcas en el amor. ¿Qué gesto de acercamiento vas a realizar hacia esa persona? Escríbelo y después deja el papel al lado de la vela.
2. Una amistad que toca los sentidos
Del evangelio según san Juan (15, 13-15)
Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Reflexión
Jesús te llama “amigo”. Qué importante debería resonar esta palabra en nuestro interior. Cuántas veces hemos escuchado decir que los amigos son la familia que uno elige. Rápido lo escuchamos y rápido la decimos: amigos, familia, elección. Son tres importantes pilares en la vida de cada persona:
1. La amistad toca tus sentidos con un amor que te hace salir de ti mismo para ir al encuentro de otro, ese amor te mueve a amar, a entregarte.
2. La familia conlleva ese lazo indestructible que permanece para siempre.
3. Y en la elección -“yo os he elegido a vosotros”- tú mismo decides pasar tiempo con esa persona, te importa lo que le hace feliz, compartes sueños… Eliges cada día aquello que te va fortaleciendo y que te hace crecer.
Escucha tu vida… Déjate tocar
En este momento de oración vamos a escuchar una canción.
a. Esta canción es para ti y también es tuya; escoge de la letra una frase, una palabra, una estrofa, imagina que es Jesús tu amigo, el que toca esta música para ti. Él te ha elegido.
b. La amistad con Jesús supone un camino de reciprocidad, donde Aquel que nos ha amado primero nos ofrece la posibilidad de que esa amistad sea fecunda. Esta fecundidad solo es posible a través de un proceso de purificación, de muerte en nosotros de todo aquello que no está movido por Él. Pero esta muerte no es la última palabra porque este proceso culminará en resurrección. ¿Qué muertes has experimentado en ti? ¿Y el fruto resucitado de esa muerte? Da gracias a Dios por ellas.
Gesto
Ni vivir, ni morir
ni presente o porvenir
nada nos separá
del amor de Dios.
Coge de la caja un papel con el nombre de un miembro de tu familia. Haz una oración especial a Jesús por esa persona.
¡¡¡Pasamos la caja para que no haya mucho movimiento!!!
3. El regalo de su corazón
Reflexión
Jesús quiere regalarnos un corazón siempre joven. La juventud se asocia a la vitalidad, a la valentía de asumir riesgos, porque sabe que todo es posible, por eso Jesús quiere renovar nuestro corazón a través del suyo, para que no envejezcan nuestras fuerzas, ni se marchiten nuestros sueños, para que no mengüe el amor en nuestro interior, para que el temor no encuentre espacio y jamás tengamos miedo de hablar con Él, contarle nuestra vida, nuestras inquietudes, confiarle nuestros sueños, reconocernos necesitados, pedir perdón, volver a empezar. Ahora la invitación es a preguntarnos cómo es el corazón de Jesús, qué siente, cuáles son las cosas que le ocupan, hacia dónde se inclina, qué le hace latir. Estas, y tantas otras preguntas que podemos hacernos, son necesarias, ya que sus respuestas nos van a indicar hacia dónde se inclina nuestro propio corazón.
Gesto
Dibuja un corazón y escribe dentro ese sentimiento del Corazón de Cristo que le pides para vivirlo tú.
4. Te ilumina desde dentro
Reflexión
“Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos” (Mt 28, 20). Esta afirmación de Jesús nos debe infundir absoluta confianza, ¡está vivo!, no es un personaje de ficción, el protagonista de un cuento creado para animarnos y enseñarnos a vivir mejor, a ser buenas personas, ¡no! “Aquél que nos consuela y nos sana −dice el papa Francisco−, es alguien que vive, alguien que está presente en nuestras vidas, en cada momento, para llenarnos de luz. Donde sea que
vayamos, Él nos estará esperando y nos invita a caminar hacia un horizonte siempre nuevo. Jesús vive y nos ama. Adheridos a Él podemos atravesar victoriosos todas las formas de muerte y violencia
que en el camino nos acechen y podremos decir como San Pablo: “para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia”(Flp 1, 21) ya que cada vez que venzamos a la muerte, la vida resurgirá nueva.
Gesto
Te invitamos a dirigir tu mirada hacia el cirio encendido, contempla la llama, mira tu vida; Jesús te quiere encender desde dentro. Le has abierto tu corazón, dejaste que sus palabras te tocaran, estás dispuesto a estrechar los lazos de amistad con Él. Y Él, a su vez, te regala su propio corazón y te asegura su presencia, su vida contigo, para ti. Comparte con los de tu casa la siguiente pregunta:
a. ¿Dónde está Jesús, dónde descubres a Dios vivo en tu vida?
(Se deja un tiempo suficiente para que puedan compartir sus respuestas)
5. Letanías
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
V: La Mies es mucha; los obreros pocos:
R: Manda, Señor, obreros a tu mies.
V: Tú, que te compadeciste de las multitudes que carecían de pastor:
R: Manda, Señor, obreros a tu mies.
V: A los jóvenes que entienden tu llamada:
R: Dales generosidad, Señor.
V: A las almas a ti consagradas:
R: Aumenta su caridad, Señor.
V: A los jóvenes que dudan de tu llamada:
R: Dales certeza, Señor.
V: A quienes sienten tu llamada desde niños:
R: Acompáñalos, Señor.
V: A los seminaristas y novicios:
R: Dales perseverancia, Señor.
V: A los sacerdotes y consagrados que sufren tentación:
R: Dales tu fuerza, Señor.
V:A los sacerdotes y consagrados celosos:
R: Enciéndelos más en tu amor, Señor.
V: A los sacerdotes y consagrados tibios:
R: Dales tu santidad, Señor.
V: A los misioneros:
R: Infúndeles tu celo, Señor.
V: La mies es mucha; los obreros pocos:
R: Envía, Señor, obreros a tu mies.
V: Por aquellos que necesitan más tu gracia:
R: Te rogamos, óyenos.
V: Por quienes están alejados de ti:
R: Te rogamos, óyenos.
6. Peticiones
Oración
Jesús, tú que eres el Camino, la Verdad y la Vida, infunde vida nueva en nuestro corazón, para que permanezcamos en tu amor, y en esta vida y en este amor encontremos la valentía para responder a tu llamada. Mueve los corazones de muchos jóvenes a servir con alegría, haciendo de sus vidas una ofrenda de amor. Te lo pedimos a ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Reserva
7. Conclusión y despedida
Jesús no solo ha querido hoy abrirte su corazón, ha ido más allá. Él te ha regalado su corazón, un corazón siempre joven, donde la vida se renueva constante. Con este gozo terminamos nuestra oración.
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