MONICIÓN INICIAL
ORAMOS JUNTOS
Canto: Tengo sed de Ti, oh Fuente del Amor.
Tengo sed de Ti, tu amor es libertad.
1. Señor, tus discípulos venimos aquí,
junto a Ti, esta noche,
para velar contigo, para acompañarte,
para recibir del Padre la fuerza y la esperanza
para lo que vendrá mañana.
2. Acepta nuestra pobre compañía, en esta noche de Getsemaní.
Queremos orar contigo, Maestro y Señor nuestro,
y aprender de Ti a ser Eucaristía,
a ser como un pan bendecido, partido y entregado
para que todos coman de nosotros
hasta saciarse.
Canto: Tengo sed de Ti, oh Fuente del Amor.
Tengo sed de Ti, tu amor es libertad
1. Hace pocas horas, hemos participado en tu Cena, Señor.
Hemos escuchado, una vez más,
tus palabras llenas de amor hacia toda la humanidad perdida:
“Esto es mi Cuerpo, que se entrega por vosotros”.
Te hemos visto arrodillado, lavando y besando los pies de tus discípulos.
2. Queremos volver a recordar lo que hemos visto y oído,
lo que hemos contemplado y han tocado nuestras manos:
a Ti, Señor Eucaristía, hecho nuestro alimento, nuestro servidor, nuestro esclavo, para que todos tengamos vida y vida abundante.
Canto: Tengo sed de Ti, oh Fuente del Amor.
Tengo sed de Ti, tu amor es libertad
1. Maestro y Señor, velamos contigo porque deseamos parecernos a Ti,
ser una sola cosa contigo, y aprender de Ti a pensar, sentir, obrar y amar
como el Padre quiere, como a Él le parece bien.
2. Sí, Maestro, envuélvenos como nos envuelve la noche, y llénanos de Ti;
cambia nuestra noche en Luz, y enséñanos el difícil y dichoso abandono
en la voluntad del Padre, sin reservas.
EVANGELIO
Mc 14, 32-40
Llegan a un huerto, que llaman Getsemaní, y dice a sus discípulos: “Sentaos aquí mientas voy a orar”. Se lleva consigo a Pedro, a Santiago ya Juan, empezó a sentir espanto y angustia, y les dice: “Mi alma está triste hasta la muerte. Quedaos aquí y velad”. Y, adelantándose un poco, cayó en tierra y rogaba que, si era posible, se alejase de Él aquella hora; y decía: “¡Abba!, Padre: Tú lo puedes todo, aparta de mí este cáliz. Pero no sea como yo quiero, sino como tú quieres”. Vuelve y, al encontrarlos dormidos, dice a Pedro; “Simón ¿duermes?, ¿no has podido velar una hora? Velad y orad para no caer en tentación; es espíritu está pronto, pero la carne es débil”. De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió y los encontró otra vez dormidos, porque sus ojos se les cerraban, y no sabían qué contestarle.
MEDITACIÓN
1. Mi alma está triste hasta la muerte.
CANTO: Vida en abundancia
Los lirios del campo y las aves del cielo no se preocupan porque están en mis manos. Tened confianza en mí, aquí estoy junto a vosotros.
Amad lo que sois, vuestras circunstancias, contigo estoy, con tu cruz en mi espalda. Todo terminará bien, Yo hago nuevas todas las cosas.
Yo vengo a traerte vida, vida en abundancia, en abundancia. Yo soy el camino, la verdad y la vida, vida en abundancia, en abundancia.
No hice al hombre para que esté solo, caminad juntos como hermanos.
Soportaos mutuamente, amaos unos a otros. La felicidad de la vida eterna, empieza ya conmigo en la tierra. Sentíos vivos, la fiesta del Reino comienza aquí.
Invocaciones
- Cristo Jesús, nacido en la humildad para confundir a los poderosos y ensalzar a los humildes.
- Tú que has vivido entre nosotros, curando a los enfermos, anunciando a los pobres la Buena Noticia y a los cautivos la libertad.
- Tú que has venido para que caigan las cadenas de todas las esclavitudes, amigo de los humildes, pan de los corazones hambrientos
- Jesús, lleno de paciencia y bondad, hasta el final fuiste perdón y benevolencia.
- Jesús, manso y humilde de corazón, tú llamas a ti a todos los que están cansados y agobiados.
- Tú que has venido al mundo para servir y dar tu vida, que fuiste traicionado por el dinero, conducido ante los jueces y clavado sobre la cruz.
- Jesús, Señor del universo, por tu resurrección de entre los muertos, vives junto al Padre desde donde nos preparas un lugar.
Gesto: Vamos llevando unas velas que simbolizan nuestro deseo de acompañarte esta noche, de estar despiertos desde la humildad de quien reconoce que muchas veces te ha traicionado y que siempre necesita tu perdón.
2. ¡Abba!, Padre: Tú lo puedes todo, aparta de mí este cáliz.
Canto: Yo soy hijo de Dios
Me envuelves hoy con una canción,
melodía de tu amor,
cantas libertad en mi adversidad
hasta que huya el temor.
Ya no soy un esclavo del temor,
yo soy hijo de Dios
Desde el vientre fui escogido en ti,
me llamó el amor.
De nuevo nací recibido en ti,
tu sangre en mi fluyó.
Ya no soy un esclavo del temor,
yo soy hijo de Dios.
Estoy rodeado
por los brazos del Padre
y hoy proclamo
Un canto de libertad.
Fuimos liberados
por tu Gracia
somos tus Hijos amados
nos has hecho libres.
Abriste el mar para que yo camine,
tu amor ahogó todo el temor.
Me rescataste y hoy yo cantaré
Yo soy hijo de Dios.
Yo sólo sé que yo soy su Hijo
y ÉL es mi Padre y mi Padre me ama.
3. Pero no sea como yo quiero, sino como Tú quieres.
Canto: Amando hasta el extremo
Déjame, Señor, mirarte bien por dentro,
entrar en tu Corazón y dejarme seducir,
y que aumenten mis deseos de querer ser como Tú ,
conocerte internamente, amarte y seguirte más,
apostar mi vida junto a ti, déjame verte, Señor
AMANDO HASTA EL EXTREMO, DEJÁNDOTE LA PIEL,
ENTREGANDO LAS ENTRAÑAS, COMO LO HACE UNA MUJER
EN UNA TOALLA Y UN LEBRILLO, EN UN ACARICIAR LOS PIES,
EN UN MIRARNOS HASTA EL FONDO SIN NADA QUE REPROCHAR
Y SIN NADA QUE PEDIR, Y CON TANTO PARA DAR.
Yo, el Maestro y el Señor, ya no puedo amaros más,
Pues como el Padre me ha amado, así os he amado yo.
Os dejo mi vida entera en este Vino y este Pan,
Este Pan que soy yo mismo que me parto y que me doy,
Mi deseo es que os améis de corazón, Yo también os quiero ver
AMANDO HASTA EL EXTREMO, DEJÁNDOOS LA PIEL,
ENTREGANDO LAS ENTRAÑAS, COMO LO HACE UNA MUJER,
EN UNA TOALLA Y UN LEBRILLO, EN UN ACARICIAR LOS PIES,
EN UN MIRAROS HASTA EL FONDO SIN NADA QUE REPROCHAR
Y SIN NADA QUE PEDIR, Y CON TANTO PARA DAR.
Sí, te doy todo lo que soy para que sigas amando.
La lucha por la justicia entra en esta intimidad,
Que se llena de personas y rostros que acariciar,
Que me impulsa desde dentro a comprometerme más,
Todos caben en tu Corazón, Quiero seguirte, Señor,
AMANDO HASTA EL EXTREMO, DEJÁNDOME LA PIEL,
ENTREGANDO LAS ENTRAÑAS, COMO LO HACE UNA MUJER,
EN UNA TOALLA Y UN LEBRILLO, EN UN ACARICIAR LOS PIES,
EN UN MIRARLOS HASTA EL FONDO SIN NADA QUE REPROCHAR
Y SIN NADA QUE PEDIR, Y CON TANTO PARA DAR.
Oración:
Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí, y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
Te confío mi alma, te la doy con todo el amor de que soy capaz, porque te amo.
Y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con una infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.
4. Velad y orad para no caer en la tentación
Canto: Más allá
Para que mi amor no sea un sentimiento Tan sólo de deslumbramiento pasajero Para no gastar mis palabras más mías, Ni vaciar de contenido mi te quiero.
Quiero hundir más hondo mi raíz en Ti Y cimentar en solidez éste mi afecto, Pues mi corazón que es inquieto y es frágil Sólo acierta si se abraza a tu proyecto.
Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, Quiero darte mi respuesta. Aquí estoy para hacer tu voluntad,
para que mi amor sea decirte sí hasta el final.
Duermen su sopor y temen en el huerto Ni sus amigos acompañan al maestro, Si es hora de cruz, es de fidelidades Pero el mundo nunca quiere aceptar esto.
Dame comprender Señor tu amor tan puro, Amor que persevera en cruz, amor perfecto, Dame serte fiel cuando todo está oscuro, Para que mi amor no sea un sentimiento.
No es en las palabras ni es en las promesas donde la historia tiene su motor secreto, solo es el amor, en la cruz madurado, el amor que mueve a todo el universo.
Pongo mi pequeña vida hoy en tus manos por sobre mis seguridades y mis miedos, y para elegir tu querer y no el mío hazme en mi Getsemaní fiel y despierto.
Peticiones: Esta noche queremos despertar nuestro corazón. Dejar que tú nos hagas más conscientes de todo lo que nuestro mundo necesita. Oramos en común por las necesidades de nuestro mundo.
PADRE NUESTRO
ORACIÓN FINAL
Cristo, Tú lo das todo, das tu vida y también tu perdón que nunca nos dejará. Y nuestra respuesta es como un balbuceo: Tú, Cristo, sabes que te amo, quizás no como yo quisiera, pero te amo.
Canto: Velaré contigo, Señor, mientras yo viva.
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