Si solo tienes 15 minutos hoy para rezar o para leer, pásalos con Teresita. Lee despacio este texto, y date cuenta de que el pajarillo eres tú y de que tienes muchas razones para no perder la esperanza de alcanzar la santidad. Una santidad sencilla que Dios regala a quienes ponen el corazón solo en Él.
"Jesús, déjame que te diga, en el exceso de mi gratitud, déjame, sí, que te diga que tu amor llega hasta la locura... ¿Cómo quieres que, ante esa locura, mi corazón no se lance hacia ti? ¿Cómo va a conocer límites mi confianza...? Sí, ya sé que también los santos hicieron locuras por ti, que hicieron obras grandes porque ellos eran águilas...
Jesús, yo soy demasiado pequeña para hacer obras grandes..., y mi locura consiste en esperar que tu amor me acepte como víctima... Mi locura consiste en suplicar a las águilas mis hermanas que me obtengan la gracia de volar hacia el Sol del amor con las propias alas del Águila divina...
Durante todo el tiempo que tú quieras, Amado mío, tu pajarito seguirá sin fuerzas y sin alas, seguirá con los ojos fijos en ti. Quiere ser fascinado por tu mirada divina, quiere ser presa de tu amor... Un día, así lo espero, Águila adorada, vendrás a buscar a tu pajarillo; y, remontándote con él hasta el Foco del amor, lo sumergirás por toda la eternidad en el ardiente Abismo de ese amor al que él se ofreció como víctima."
Ms B, 5v
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