El Señor hoy nos habla claro y sabemos que solo con escuchar su Palabra no basta. Nos enseña que somos desagradecidos, no dando frutos de sus semillas, de las oportunidades que nos da todos los días para seguir amando.
Muchas veces nuestras semillas caen al borde del camino y escuchamos solo cuando nos interesa; otras caen en la piedra y no cumplimos verdaderamente con lo que decimos que estamos aceptando; y otras, caen entre zarzas y nuestra voluntad de cumplir lo que tenemos la suerte de poder escuchar se queda por el camino: somos débiles y pecadores, nos pueden las distracciones de lo cotidiano. Ayúdanos Jesús a ser tierra buena que acoja tu Palabra con un corazón abierto. Concédenos dar fruto abundante de santidad y de vida plena, para que el mundo crea que Tú eres la Vida que nos hace libres y nos colma de alegría.
Lucia Anes, Madrid
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