Jesús comparte, en un monte, con tres de sus amigos, el anuncio de que Dios tiene un proyecto de vida para da uno, como lo tiene para él, como hijo suyo... Como si fuera el anticipo de su resurrección: “lo que da la vida”.
Por eso nos dice que lo escuchemos, que confiemos y que nos dejemos llevar, como si lo hiciéramos en la vida diaria con nuestros mejores amigos.
Sus amigos, Pedro, Santiago y el hermano de éste, Juan, llegan a sentirse a gusto, porque la acogida y cercanía de Jesús hace que pierdan el miedo y se sientan queridos.
También nosotros tenemos miedo en la vida, porque no somos capaces de abrir nuestro corazón y nuestra mente, para dejarnos llevar y comprender, que la nueva forma de vida, que Dios quiere para nosotros, lo que ilumina nuestro paso por la vida, es la propia vida, muerte y resurrección de Jesús, su hijo.
Que a lo que no le vemos una salida clara en el mundo y la sociedad en la que estamos inmersos, lo hagamos oración y poder tener ese encuentro con Dios que haga cambiar nuestras vidas como a sus discípulos enseñó... y que todo esto nos transforme, nos haga cambiar de aspecto, nos transfiguré, que de tristeza salga alegría; y que todo eso que pasa en mi vida lo lleve al mundo y lo transmita de tal manera que la gente tenga su experiencia de Dios y le cambié la vida... y que pasemos de la oscuridad y negatividad del hombre viejo, a esa luz que ilumina la vida de un ser humano nuevo.
Menchu, Andújar
Comments