Dios, el Emmanuel, viene a nosotros. Se anticipa a nuestra llamada y se pone en medio, se hace el encontradizo.
Aún antes de que nosotros lo hubiéramos pensado, Él estaba ahí. Él está siempre, siempre…
En el Evangelio de hoy destacan dos personajes importantes, María y José.
María, la que como respuesta a la llamada de Dios dijo, ¡Hágase!, y el Espíritu Santo vino sobre ella. Dios se hace hombre, uno de nosotros. Comienza la Salvación.
José, hombre humilde, siente temor, no comprende. El ángel le confirma en su misión y él acepta con confianza absoluta. Desde la sencillez de su vida.
Dos cualidades que podemos destacar en ellos, la confianza desde la fe, y la humildad, cualidades que deberíamos tener todos los cristianos. Ponernos a la escucha desde la verdad de lo que somos, desde la realidad de nuestra vida. Así podemos descubrir mejor la misión que todos tenemos y ser un regalo –como ellos- para toda la humanidad.
Acoger la voluntad de Dios en nuestro corazón, esto nos hace hombres y mujeres más auténticos y con una felicidad que sólo Él nos sabe dar.
Estad atentos. Él viene, viene ya…Despertad y ser mensajeros de la buena noticia para nuestro mundo.
Mª Paz, GOT Burgos
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