“Caminando por valles oscuros” es mucho más que una imagen biográfica sobre Walter J. Ciszek, S.J. y sus veintitrés años en la Unión soviética tras haberse prestado voluntario para las “misiones rusas” del Papa Pío XI. La experiencia de la cárcel o de los campos forzados en Siberia, le hacen capaz de una reflexión muy profunda sobre la experiencia más gozosa de la vida: la humildad o la dependencia total de Dios.
El jesuita narra la ternura y la paciencia de Dios que le va guiando poco a poco. “Cuando el hombre empieza a confiar en sus propias capacidades, acaba de dar el primer paso en el camino hacia el fracaso final. La mayor gracia que Dios puede concederle es enviarle una prueba que no sea capaz de soportar con sus propias fuerzas y sostenerlo con su gracia…” Esta afirmación no deja indiferente al lector. Por supuesto, no está hablando aquí de falta de autoestima o de inseguridad psicológica sino de una experiencia espiritual mucho más profunda y sobre todo fuente de gozo espiritual. En esos años tan dramáticos e inesperados de su vida, el Señor le regaló la visión que contempla todas las cosas como venidas de la mano de Dios. “Mi primera preocupación debía ser ir dónde Él me llevara, descubrir siempre su voluntad en los acontecimientos de mi vida y seguirla fielmente, sin dudas ni preguntas. Había prometido abandonarme completamente a su providencia. Aquel era un nuevo capítulo de mi vida, mi tarea era aceptar sin cuestionar las situaciones y circunstancias de ese día sin mirar atrás.”
Es una lectura muy recomendada para aquellos que de una u otra manera quieren hacer la experiencia del salmista “Aunque camine por valles oscuros nada temo porque tú vas conmigo”.
תגובות