Durante este nuevo día de Capítulo la reflexión ha centrado la clave de la integración de la contemplación y la acción. El carisma que el Señor nos regala requiere esta clave como principal interpretación de nuestra labor parroquial y diocesana. El Dios presente en todas las cosas, se nos revela en la acción evangelizadora y en las personas a las que somos enviadas, y allí estamos llamadas a descubrirle y a contemplarle. Allí, precisamente en nuestro apostolado, tenemos acceso a la revelación de Dios. Allí, el Señor, si nos dejamos, se sirve de nosotras como instrumentos en sus manos. La oración intensa de nuestro retiro nos prepara para encontrarle precisamente allí donde somos enviadas.
Como podéis imaginar, la reflexión del día de hoy ha sido muy intensa y rica. Los grupos han sido capaces de reconocer y proponer nuevos caminos para vivir con mayor plenitud esta hermosa "piedra de toque" de nuestro carisma.
Seguid orando por nosotras, y mañana, con especial intensidad. Si Dios quiere, después de la celebración de la Eucaristía, presidida por Don José María Yanguas Sanz, obispo de Cuenca, será elegida nuestra Superiora General y su Consejo. Un fuerte abrazo para todos.